7.2.14

La sexagésima tercera es Don Miguel

Salía del trabajo y cuando estaba cerca de mi casa lo vi parado frente a un carro repleto de frutas y verduras multicolores y oxidadas, con “esa” mirada.
Me atrevería a decir que tiene 68 años.
Tiene la piel como una pasa de uva, curtida por el sol de lunes a lunes.
Un aliento a vino picado, sus manos, que siempre están marrones con las uñas sucias desde hace mucho, su ropa que huele a  alcohol destilado y  a orina de semanas, su gorra de alguna pinturería y sus zapatos rotosos, me recuerdan que el viejo sólo trabaja para tomar y comer uno que otro sanguchito en esos bares de mal vivir.
Las viejas lo miran mal, los viejos en cambio, lo entienden y a veces se atreven a seguirle la charla por algún instante.
Es Don Miguel. El verdulero del barrio, que siempre estuvo medio loco, pero ahora está bien perdido.
Siempre me pregunta: ¿cómo va el Rojo, señorita? ¿Cómo anda su abuelita? ¿Qué me cuenta de su tío? Siempre encuentra en mí un respuesta cordial, porque así me gusta a mí.
Don Miguel es parte de mi rutina de los viernes (que es cuando sale a vender, para sobrevivirle al fin de semana)…
Esta vez, se veía más viejo, más loco y menos perdido. Me preguntó otra vez cómo andaba yo, mi abuela, mi tío y me dijo que Independiente ya no se salva (-¡Se van a la B, señorita!-).
Vi al viejo más triste de lo usual.
Cansado y mirando a sus verduras, me preguntó: -¿Qué le va a regalar a su papá?- Yo, que no me acordaba que el domingo era el día del padre le respondí-: No se Don… un vinito seguramente-.
Al final, sus ojos y mi mundo se inundaron de unas saladas lágrimas de soledad. Me dijo-: Regálele una sonrisa y un abrazo de buena hija. No se olvide nunca de su padre, menos si lo tiene vivo, gordito y bien cuidao'. No se olvide como se olvidaron de mí.-Tome señorita,-me regaló una manzana, la más roja que tenía -tome y acuérdese de mí este domingo, no vaya a ser que ya no me vea más-.
Me fui de la escena como quien se va de algún bar con melancolía y angustia… fui comiendo mi manzana jugosa y pensando en que la soledad, si no es la peor enfermedad del ser humano, es lo más triste que le pudo ocurrir a este hombre.


 http://www.youtube.com/watch?v=kdSnNHErabQ

"VOLVER, CON LA FRENTE MARCHITA"