31.7.12

La cuadragésima primera espera

Estaba viendo en el televisor  unas imágenes profanas para mi cerebro y para mi sentido común.... cuando de pronto empezó a invadir mi espacio el silencio y con él vinieron los pensamientos más espectaculares que alguna vez había pensado.
Pensaba por ese entonces que estaba esperando muchas cosas, pensaba que era imposible no esperar.
Quiero lograr ser una chica común que piense como el resto, pasar desapercibida. Espero que la gente me crea, que tenga unos buenos sentimientos para conmigo... espero.
Espero que alguna vez me dediquen una canción que yo quiero que me dediquen y tener una persona esperándome para levantarme cuando caiga.
Esperaba que sea paciente, que la relación fluyera y que las rosas nunca palidezcan. Esperaba incluso que fueran rosas.
Esperaba que confíen, que me digan, que me hablen. Las personas, la gentes.
Esperaba que no se sienta patética esperando de mi.
Estaba esperando todo esto cuando las ganas de esperar se fueron por ahí, hasta llegar hasta no se qué profundidad en mi corazón y en mi razón. Entonces descubrí... un cúmulo de nada.  Ahí fue dónde yo, me descubrí y me dije: no puedo esperar nada de nadie, porque de mi no se espera nada.
¿Quién esperaría de mi? ¿Quién se arriesgaría? ¿Quién tendría incluso el maldito derecho?
Así me dije por dentro mientras todo el sonido ambiente volvía a mi cabeza, a mis oídos, a mis manos, a mi ombligo y hasta a mis pies. Todo volvió a la normalidad, esa normalidad estandarizada de ruidos y voces con sentidos inversos y rebuscados.
El llanto me agobió hasta que busqué unos brazos que no encontré porque estaba esperándolos. Entonces, sólo entonces, me fui a vivir nuevamente.



http://www.youtube.com/watch?v=pTsZbLiLI_Y
ESTA CANCIÓN, ME RECUERDA A MI TÍA GRINGA QUE HASTA AHORA ESPERA A SU AMOR Y A SU MUERTE.


19.7.12

La cuadragésima es una sapa de otro pozo

No se si alguna  vez a alguien le pasó.
Es como darse cuenta del suceso diez minutos más tarde... cuando ya las cartas están todas puestas sobre la mesita ratona.
Me pasó que estaba sentada en una mesa, no tan grande... con un mantel ridículo y estaba rodeada de viejos.
No viejos bueno como mi abuela buena, eran viejos de los malos. Cabe destacar mi aprecio por los viejos, tengo una compasión inigualable. Son los seres que han podido llegar a ese punto de placer máximo en el que ya no importa si cumplen o no las reglas sociales, porque lo único que esperan es la muerte.
Pero no quiero desviarme. En la mesa, aparte de viejos, habían ideas viejas, conceptos viejos y hasta unas sillas oxidadas.
La cuestión fue ésta: nunca me sentí TAN fuera de lugar, nunca antes pude sentirme así. Pero últimamente me dejo sentir y me dejo llorar.
La casa era linda, colores tenues, la comida fabulosa... un par de porta retratos de gente estúpidamente feliz.
Nunca pude sentirme tan "sapa de otro pozo".
Era así. Ellos estaban en su pozo. No quiero decir que yo esté en otro pozo, es más estoy bien en la superficie mundana y efímera.
La cuestión era esta: hablar o no. Confesarme como la más bisexual, pecadora, pervertida, sucia, fuera de la ley... o quedarme callada y que pisoteen todas mis verdades.
Casi lloro. Casi suelto mis lagrimones (porque no se ustedes... pero a mi me salen lagrimones).
Me di cuenta al final que lidio con un vejestorio de bárbaros. Lo peor fue escuchar... porque yo se escuchar y se saber qué dicen las personas más allá de lo que hablan. Entonces me di cuenta de todo... descubrí la verdad.
Me di cuenta de que estos viejos decían que eran unos infelices, o "felices a su manera" con uno que otro problemilla de aceptación social y de poco amor a ese "prójimo".


www.youtube.com/watch?v=_7L63f38JPE

TA LOCO PETTINATO, ERA MUY JOVEN.