Yo no quiero que nada me haga mal, pero quién me protegería más que yo y quién me destruiría más que yo.
Si alguien te hace mal, es porque evidentemente elegiste mal, optaste mal. Algunos me eligieron y eligieron mal. Bueno, hay que seguir con la vida para adelante o para atrás.
Yo no creo en las víctimas y no creo en el dolor por años, creo que cada uno elige lo que quiere, cada uno se debe hacer cargo de lo que pretende ser en la vida (o no ser).
Hacerse cargo, nos queda mejor... pero qué difícil se te hace cuando acabás de elegir mal un camino: el orgullo, las miradas, los reproche y el ínfimo apoyo que te dan esos seres "queridos".
Elegir mal las personas, puede ser aún peor, siempre hay alguno con más estrella que vos que te dice: "cuidado con ese que seguramente es un pelotudo" y vos seguiste pensando que la única estrella de la vida sos vos. Al final, tenés que aceptar esa desesperación que te da la desilusión.
A mi me critican porque critico, qué buena elección criticar y ser criticada por dos. No es que no me importe, me encanta, pero hay algunos que no entiende nada. ¿Quién los manda a elegir leer este blog?
Lo que no mata, fortalece... no. Lo que no mata, te agoniza hasta las últimas pulsaciones del alma. No hay que dejar que nos agonicen; si nos quieren matar, que nos maten bien muertos y sino que nos vivan todos los días.
Este es un diario para intimidar a los críticos sin argumentos como yo, a los amantes de causas tan nobles como pobres y a los perdedores que se creen ganadores.
Esto es para intimar con comemocos.
Hasta luego.
