La cuadragésimo tercera te llama

Ojalá nunca me pase no poder desprenderme de mis padres, de sus ideas, de sus maneras de vivir.
Ojalá nunca tenga un hijo al que tenga por obligación que enseñarle mi manera de ver las cosas.
Ojalá sean los ataques, pedidos de amor y supiera comprenderlos.
Ojalá los llamados de atención, siempre me llamen la atención.
Eso me pasa. Vamos allá y acá como niños tratando de que nos den suficiente espacio en las vidas de los demás.
Qué egoísmo vano, sucio.
Pero a veces uno está tan excluido que suele hacerlo.
A ver, me pregunto quién no lo hace.
Por ahí, necesitás amor que nadie te está dando o simplemente querés hacer saber que estás ahí, para entregar todo el amor que posees.
Es gracioso que no nos demos cuenta de lo que nos pasa y al final, siempre terminamos rogando que no todo esté perdido, que sólo es una adolescente, que sólo fueron malos entendidos.
Esto es así, la vida es en general un llamado de atención a todos.
A quién no le gusta ser notado, por lo menos por unos minutos.

http://www.youtube.com/watch?v=SLBbgwN1Mao&feature=related

I WON´T CRY